El ácido alfalipoico ALA fue aislado por primera vez en 1951 por Reed y colaboradores, también es conocido como ácido tióctico o ácido lipoico. Estructuralmente se trata de un ácido graso que contiene azufre. Se puede formar de manera natural en el hígado y en otros tejidos a partir de ácido octanoico, además ayuda a las vitaminas del complejo B en la conversión de carbohidratos, proteínas y grasas en energía.
El ácido lipoico es una parte clave de la maquinaria metabólica que transforma la glucosa en energía para las necesidades del cuerpo.
El ácido lipoico es un antioxidante, lo cual significa que neutraliza los químicos que existen de manera natural, pero dañinos, conocidos como radicales libres. A diferencia de otros antioxidantes, que funcionan sólo en agua o en tejidos grasos, el ácido lipoico es inusual en eso y funciona tanto en agua como en grasa.
En comparación, la vitamina E trabaja sólo en la grasa y la vitamina C únicamente en agua.
Esto le da al ácido lipoico un amplio espectro inusual de acción antioxidante. Los antioxidantes son un poco como pilotos kamikaze, sacrificándose ellos mismos para noquear a los radicales libres.
Uno de los descubrimientos más interesantes acerca del ácido lipoico es que éste puede ayudar a regenerar a otros antioxidantes que se han acabado. Además, el ácido lipoico puede ser capaz de hacer el trabajo de otros antioxidantes cuando el cuerpo tiene deficiencia de ellos.
Se cree que ciertas enfermedades de los nervios son causadas al menos parcialmente por daño de radicales libres.
Gracias a su solubilidad combinada al agua y grasa, el ácido lipoico puede entrar a todas las partes de una célula nerviosa y potencialmente protegerla contra tal daño.
Este es el fundamento para estudios acerca de los potenciales beneficios del ácido lipoico para la neuropatía diabética. Un cuerpo saludable fabrica suficiente ácido lipoico para suplir sus requerimientos; no son necesarias fuentes externas. Sin embargo, varias enfermedades parecen estar acompañadas de bajos niveles de ácido lipoico específicamente, la diabetes, cirrosis hepática y aterosclerosis – lo cual sugiere (pero no comprueba de manera definitiva) que la complementación sería útil. Neuropatía Diabética y Diabetes.
La neuropatía diabética es una de las complicaciones más comunes que provoca la diabetes a largo plazo y que afecta a un 50% de los diabéticos. Es un problema relacionado con el daño neuronal por radicales libres causado por los altos niveles de glucosa en sangre de los diabéticos.
En estos casos, el estrés oxidativo provoca una disminución del flujo sanguíneo que conduce a una hipoxia dentro del nervio, con la consiguiente disfunción del mismo, con resultado final de dolor, hormigueo y falta de sensibilidad en las extremidades, particularmente en las extremidades inferiores. Además es la principal causa de amputación de extremidades inferiores en diabéticos. Se ha utilizado ALA en gran cantidad de estudios que han demostrado su efecto protector en neuropatía diabética.
Su efecto positivo se debería a la combinación de diversos factores: Neutralización de radicales libres, disminuyendo el estrés oxidativo. Mejora de respuesta a insulina. Al disminuir el estrés oxidativo, mejoraría la respuesta a insulina, disminuyendo el exceso de glucosa en sangre. Se ha observado que también incrementa la traslación de transportadores de glucosa GLUT 4 en las membranas celulares. Estos receptores son insulinodependientes, es decir que en respuesta a la insulina, se aumenta su presencia en la membrana celular e incrementan la captación de glucosa por parte de adipocitos y células musculares.
Estudios con diabéticos de tipo II a los que se les administró 600mg de ALA oral durante 4 semanas, mejoraron la sensibilidad a insulina en un 25%. 3. Incremento del flujo de sangre hacia las terminaciones nerviosas. Con ello se mejora la velocidad de conducción de los impulsos nerviosos, por lo que sería adecuado para tratar cualquier tipo de daño nervioso, tanto de origen diabético como no diabético.
Otra complicación neuropatía de la diabetes es la neuropatía autonómica cardiovascular, que se da en un 25% de los diabéticos. Se caracteriza por una variabilidad del ritmo cardiaco reducida y se asocia con mayor riesgo de mortalidad. El ácido alfa lipoico ha demostrado mejorar esta sintomatología tras 4 meses de tratamiento con 800mg diarios de ALA oral. Enfermedad Vascular y Diabetes.
La función endotelial muchas veces está alterada en diabéticos e incrementa el riesgo de enfermedad vascular. Se ha observado que 300mg oral mejoran la vasodilatación endotelio?dependiente (relacionada con un aumento de Óxido Nítrico) en pacientes diabéticos en un 44% en tan sólo 4 semanas. Los diabéticos también presentan un mayor riesgo de enfermedades micro vasculares, lo que puede contribuir a la neuropatía diabética.
En este aspecto, el uso de ALA durante 6 semanas mejoró la perfusión capilar de los dedos de pacientes diabéticos con neuropatía periférica.
Se ha observado que su capacidad antiinflamatoria, muy localizad a nivel endotelial, y su efecto reductor de los niveles de triglicéridos y de lipoproteínas de muy baja densidad, presentan un potente efecto antiaterogénico y estaría indicado su uso en la prevención de enfermedades vasculares ateroscleróticas.
Desórdenes Cognitivos y Neurodegenerativos, iferentes estudios han mostrado su efecto neuroprotector y neurodegenerativo.
Estabiliza la función cognitiva, mejora la memoria, aumenta el flujo sanguíneo cerebral y activa mecanismos de señalización intracelulares capaces de incrementar la supervivencia de las neuronas, siendo de utilidad para mejorar casos de Alzheimer, Parkinson y otros desórdenes neurológicos asociados a daño oxidativo, a un insuficiente aporte sanguíneo y una muerte excesiva de neuronas.
En casos de esclerosis múltiple, la utilización de altas dosis de ALA (1.200mg/día) podría disminuir la progresión de esclerosis múltiple según apuntan estudios experimentales. ALA podría inhibir la migración de células T inflamatorias hacia el cerebro y la médula espinal al inhibir la actividad de la enzima MMP?9.
Iones metálicos activos como el hierro y el cobre libre pueden inducir daño oxidativo al catalizar reacciones que generan radicales libres altamente reactivos. Se ha relacionado el daño oxidativo inducido por metales con enfermedades neurodegenerativas y con otras enfermedades crónicas.
Otra propiedad a tener en cuenta es la de mejorar la capacidad detoxificadora del hígado.
ALA protege al hígado frente a los radicales libres generados durante la fase 1 de detoxificación hepática e incrementa la síntesis de glutationa, una sustancia que tiene un papel destacado en la eliminación de toxinas y carcinógenos durante la fase 2 de detoxificación hepática.
Por tanto, se recomienda con frecuencia en casos de hepatitis, cirrosis y otras afecciones hepáticas, así como en casos de intoxicación por metales pesados o sustancias tóxicas. De hecho, uno de sus primeros usos fue para contrarrestar la intoxicación producida por setas venenosas como Amanita phalloides.
Su potente actividad antioxidante también resulta útil en la prevención de cataratas, en el incremento de la respuesta inmune (útil en SIDA) y en la mejoría de desórdenes que se ven agravados por estrés oxidativo como síndrome de fatiga crónica o psoriasis.
Dosis diarias recomendadas Para trastornos específicos se recomiendan dosis de 600mg/día de forma intravenosa o de 500?1.800mg diarios de forma oral, aunque parece ser que 600mg/día sería la dosis máxima efectiva y la que proporcionaría una óptima relación riesgo?beneficio. Como apoyo antioxidante general se pueden utilizar dosis de 250mg.
Se recomienda tomarlo separado de las comidas, ya que su absorción es mayor con el estómago vacío.
Prácticamente todos los estudios publicados han utilizado ALA racémico (R?ALA y S?ALA al 50% cada uno).
Actualmente no está claro si la suplementación con R?ALA (la forma que sintetiza el organismo) es más efectiva que ALA racémico en humanos.
Diabetes mellitus: ALA influye en los procesos bioquímicos, en los que reacciona espontáneamente junto con proteínas como el colágeno, destruyendo la glucosa en sangre.
El colágeno se encuentra en la piel, pero también en los vasos sanguíneos, en el tejido conjuntivo y en la mielina (cubierta protectora de los nervios), entre otros.
Con el paso del tiempo, estos procesos llevan una aceleración del envejecimiento de los tejidos, problemas en los riñones, aterosclerosis y pérdida de visión, que son también consecuencias de la diabetes. ALA retrasa la unión de las moléculas de glucosa con las moléculas de proteína, favoreciendo la absorción por parte de las células de la glucosa sanguínea, una tarea propia de la insulina.
Cuando la insulina disminuye, ALA puede sustituirla en su trabajo hasta cierto punto, igual que a la vitamina C y E. Así, ALA puede evitar las peligrosas subidas de glucosa en sangre, mediante su absorción en las células.
Envejecimiento:
El envejecimiento es un proceso biológico inevitable que está relacionado con la Disfunción progresiva de las mitocondrias.
El potencial de las membranas mitocondriales, que necesitan oxígeno y la fluidez de la pared celular se reducen, mientras aumenta la producción de oxidantes.
La formación creciente de oxidantes produce daños irreversibles en el ADN mitocondrial y en proteínas y lípidos. La formación de oxidantes no se produce únicamente durante el proceso de envejecimiento, también sucede en patologías como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades neurodegenerativas, el cáncer y la disfunción del sistema inmunológico.
ALA se ha revelado en numerosos estudios como un excelente remedio contra un elevado estrés oxidativo. El ácido alfa-lipoico puede frenar el cese progresivo de la función de las mitocondrias y el aumento del estrés oxidativo, que se asocia al envejecimiento. Sin embargo, para su máxima aplicación terapéutica, se necesitan unos niveles muy elevados de plasma.
Es una sustancia bastante segura, de la que no se conocen efectos secundarios graves. Se han notificado casos de leves molestias gastrointestinales y, raramente, de erupciones cutáneas. Debido a que puede aumentar el efecto de la insulina, los diabéticos deben consultar a su médico antes de tomarlo, ya que podrían necesitar ajustar la dosis del fármaco.
Debido a qué el estrés oxidativo es el principal factor relacionado con el declive de las funciones fisiológicas, el uso de ácido alfa lipoico se relaciona con una mayor protección frente a radicales libres (sobre todo en personas mayores).2
Estudios demuestran que el ácido alfa lipoico tiene beneficios en las personas con Alzheimer, neuropatías diabéticas, enfermedades cardiovasculares y anti envejecimiento.
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